Querida
Amiga
No pedí esto. Nunca lo quise.
Aparentemente
soy una persona bastante social y ocupada. Desde el rayar el alba hasta que la
noche cae completamente, siempre me encuentro rodeada de personas a las que
aparentemente les encanto como persona y desean estar conmigo. Mi familia en
casa, mis compañeros en la escuela, mis amigos en mi tiempo libre y los fines
de semana, y mucha más gente en clubes y demás actividades extracurriculares.
No hay momento del día que esté sola y eso me molesta, lo odio, detesto a
todos. Con sus sonrisas falsas y descaradas. Su egoísmo es palpable y son
hipócritas hasta la médula. Pero nunca pedí su falsa atención.
Te
extraño, amiga mía. Sólo contigo puedo se yo misma. Sólo estando a tu lado
puedo ser quien soy, sin tapujos, sin aparentar algo que no soy, sin tener que
esforzarme por ser lo que todos esperan que sea. Recuerdo con cariño el tiempo
que pasamos juntas y lo anhelo con una intensidad mayor cada segundo de mi
existencia. Quiero volver contigo y ser lo que era, pero sus garras no me
dejan. Esa plaga llamada sociedad no me lo permite. No me dejan respirar
tranquila ni disfrutar de tu compañía un mísero tajo del día y en la noche,
llego tan cansada a casa que no puedo mostrarte interés. ¡Es frustrante!
Pero
lo sé, la culpa es únicamente mía por dejarme mangonear por mis padres y sus
supuestas “preocupaciones” hacia mi persona. ¿Que eras peligrosa para mí? ¿Que
tu compañía me hacía daño? ¿Que me transformabas en un ser oscuro y sin
sentimientos? ¿Que me apartabas de ellos poco a poco? ¡Si supieran que esa es
el verdadero yo de su chica maravillosa! Alguien que no deseaba estar cerca de
la humanidad; alguien a quien no le importaba el más mínimo cambio en su
familia; alguien que no sentía más que repulsión por el mundo. Alguien que sólo
podía ser ella misma contigo.
Sí,
simplemente a tu lado me siento libre, mi amiga querida, y si no hago algo para
retornar a donde pertenezco, a tu lado, explotaré y no lo soportaré. Porque lo
único que necesito para ser feliz eres tú, mi añorada y amada soledad.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Te gustó esta historia? ¿Qué crees que le hizo falta?