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martes, 11 de septiembre de 2012

Quiero Morir


Quiero Morir

En aquel momento te encontrabas en la clase más aburrida para ti:

Historia.

El profesor no ayudaba mucho a que lograras entender el tema del que se hablaba porque su tono de voz era monótono y lento, logrando en varios de sus estudiantes el estado del sueño, entre ellos tú. Además, el dolor de cabeza con el que amaneciste había ido incrementándose conforme el día transcurría. Era ese tipo de situaciones las que provocaban que a tu mente regresaran las palabras de la que fue tu mejor amiga:

“Quiero morir”.


Te sorprendiste al descubrir que pensabas en ella. No debías hacerlo; prometiste no hacerlo, mas no pudiste evitarlo. La herida que dejó en ti cuando se fue era profunda y nuevamente creiste que sería insanable. Inevitablemente las lágrimas comenzaron a bajar de tus ojos deslizándose perezosamente por tus mejillas. Volvías a llorar por ella.

El profesor de dio cuenta de lo mal que te encontrabas y permitió que fueras a la enfermería. Una de tus compañeras se ofreció a acompañarte y por ello no te quedó más que ir, pero realmente no era tu deseo estar en ese lugar. La enfermera te recordaba a ella por la profesión.

Te preguntaste una vez más por qué tuvo que pasar aquello. ¿Cómo pudiste no verlo? La culpabilidad regresó a tu ser rasgando de nuevo tus emociones con un dolor intolerable y volvió aquel pensamiento imborrable de  que si te hubieras preocupado un poco más por ella, jamás habría tenido que cumplir con esas palabras que creías eran una broma.

“Quiero morir”

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