Futuro
Preciso
Temblarías,
las palabras no saldrían de tu boca y llorarías. Eso pasaría. En el momento en
que te colocaras frente a esa gran cantidad de personas, que esperarían ansiosas
tu discurso sentados cada uno en su lugar en aquel auditorio, el esfuerzo que
habías estado haciendo por memorizar tu conferencia, lar prácticas diarias
frente a tu familia, las noches de desvela por la presión, todo, absolutamente
todo se iría al traste cuando pisaras la tarima. El pánico carcomería tu
interior como un cáncer, lento y doloroso, se asentaría en tu estómago, subiría
por el esófago y al llegar a la garganta, sería como una llama ardiente que la
quemaría, antes de materializarse en vómito.